Anoche me caí por los escalones de una pirámide, luego de creerme firmemente parada en el centro. Fue mas doloroso de lo que me podría haber imaginado. Nadie me empujo, no. En la pirámide nadie es bueno ni malo. Pero eso lo comprendí cuando termine con la espalda clavada en la cima del monstruoso conjunto de escalones inescalables y mi sangre se negaba a brotar, enfriándose dentro mio. No se si caí o volé, pero si volé, la caída aún fue peor. Si, da mucho miedo. 

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