Una pequeña particula de luz flotaba en el aire, cerró los ojos y se dejó arrastrar por la suave brisa. Flotaba y se deleitaba con los aromas y sonidos que cruzaba en su camino. Abuelos jugando con sus nietos, mamás haciendo torta, amigos riendo y cantando, frio, sudor, lágrimas, miedo... Abrió los ojos. 
Las sombras se abalanzaban sobre ella, contagiaban a sus hermanas y las convertian es oscuridad. La particula comenzó a angustiarse y a teñirse de sombra, a volverse gris, a sentirse a gusto en las sombras. -¡No! Gritó de repente. - Mi luz no puede extinguirse, mis hermanas y yo llevamos calidez y bienestar al mundo. Sin luz todo sería triste, el hambre azotaría la tierra, las plantas y los animales moririan. Los humanos se distanciarian y derramarian la sangre de sus hermanos . Y su luz comenzó a brillar nuevamente, con cada palabra tomaba más fuerza queriendo contagiar a sus hermanas. Ellas se negaban diciendo que estaban mas a gusto en las sombras, pero ella no se desalentó. Y brilló, brilló como nunca antes. Con comprensión, amor, pasiencia, sinceridad. Algunas de sus hermanas se unieron a ella y brilló aún más, con amistad y compañerismo, pero por sobre todo, con esperanza y Fe. Brilló e hizo que las sombras se retiraran.
 Las sombras siempre vuelven a aparecer e intentan borrar toda la luz del mundo, pero siempre habrá una pequeña particula, que ame y convierta.

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