Hoy solo te pido que sigas mi voz.

Cuidaré por siempre de esa zarza que me ha dado calor, seguridad y fortaleza cuando lo necesité. Cuidaré que nunca se extinga su luz, su calor... Cuidaré que se quede conmigo por siempre.

"Aunque pase por duras quebradas no temeré ningún mal, porque estás conmigo: tu vara y tu bastón me infunden confianza."
[Salmo 23.4]

No hay comentarios:

Publicar un comentario