Las cosas acá son entre Vos y yo. Y no hay intermediario que pese más que aquel que me encomendaste. Porque Ustedes me conocen desde antes que naciera, porque Vos decidiste que mis caminos se crucen con los ya caminados, porque fue tu decisión que yo aprenda que no hay vida si no te la entrego a Vos y a mis hermanos. Porque de a poco me mostras el camino que debo seguir y si en el camino alguien se olvida de lo que perseguimos va a ser mi deber recordarlo o caminar por otro lado. No me interesa el hierro por sobre de la harina, si bien su relación es más directa de lo que todavía puedo comprender. Sin embargo, sabes que soy feliz ahí. Sabes que necesito sentir que me formo y que camino por Vos. No me puedo quedar quieta un minuto más, no puedo seguir viendo como pasan los sábados. Ya no me calma hablarle a nuestro intermediario predilecto en estos temas, ya lo debo tener cansado, todas las semanas vengo a verlo, todas las semanas le digo lo mismo, todas las semanas siguen igual. Necesito seguirte, necesito que me liberes.

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